GAZZETTA

Pocos en el mundo se han dedicado a amar de verdad, a entregar su vida devotamente a la fe, a creer en la pureza que genera las buenas causas, es así como podemos decir que pocos hemos tenido el valor de hacer de lo que nos rodea el lugar que siempre hemos querido. Entre el selecto grupo de personas que lo han hecho está la hermana María José, está hoy, estuvo y estará aún en el latir del mundo, porque somos el reflejo de su hermoso trabajo, con solo levantar la mirada y contemplar minuciosamente este colegio podemos ver como su vida sique aquí, como con la educación muchas mujeres de diferentes generaciones han conservado lo que en la sociedad parece perdido. Es por eso que ahora solo podemos dar gracias, gracias por ayudarnos con su fe a conocer un camino que en estos días parece recóndito, que muchos buscamos y a veces no encontramos, pero que es posible hallar cuando comprendemos el sacrificio y la entrega que hicieron parte de la vida de nuestra querida hermana María José.